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Acércate a Dios con los pies en la tierra

El Señor sabe lo que realmente somos y siempre está a la espera de que lo aceptemos. Nunca nos rechaza.

Esta relación es personal e íntima.

La forma como nos acercamos a Dios es a través de la oración, abriendo nuestro pensamiento y nuestro corazón en una comunicación sincera y trasparente, sin necesidad de pronunciar ninguna palabra y sabiendo que no podemos mentir.

Hablar con Dios es hacer una reflexión sobre nuestra vida, nuestras conductas y las acciones que realizamos para vencer las circunstancias (nuestra obra). Es saber interiorizar nuestras observaciones. Aprendiendo a escuchar. Aprendiendo a valorar todo, comenzando por lo más sencillo, desde una sonrisa hasta lo que muchos pueden considerar inútil. Creando una relación sublime y con gran entusiasmo en disfrutar la felicidad que podemos lograr con esta plenitud.

Al hacer oración debemos dar gracias por el privilegio de vivir y pedir la guía en nuestro camino, con la capacidad de saber escuchar.

Es fundamental que esto no se quede sólo en las oraciones, sino que lo llevemos a nuestras acciones diarias liderando con el propio ejemplo.

Ahora bien, ser idealista es fácil, lo difícil es ser realista y construir soluciones de progreso y no de retroceso.

Si queremos opinar sobre algo debemos primero trabajar para vivirlo y así poder tener el criterio correcto. Para dar un simple ejemplo, hay quienes critican a los empresarios pero nunca han generado empleo con sus propios medios sino quizá con los de terceros, ni generando ingresos para el beneficio de todos a través de los impuestos sino solo aprovechándolos.

Hay gente que pareciera vivir en un mundo de fantasía sin darse cuenta de la realidad que les rodea, e inclusive idealizando y defendiendo comportamientos que dañan a los demás. Siguiendo líderes que promulgan y ejecutan las confrontaciones y generan odio, inclusive hasta llegar a la destrucción de todo lo que ha costado mucho esfuerzo en ser construido.

A su vez, hay mucha gente que se queja pero no está dispuesta a salir de su zona de confort a pesar de que inclusive ese confort puede aumentar con un mayor esfuerzo y trabajo proactivo y emprendedor.

Pedimos a Dios que nos aleje de las malas influencias y nos ilumine nuestro pensamiento y sabiduria para poder entender la realidad, contribuyendo a construir sin descanso y con mucho entusiasmo un futuro mejor para todos. Sin confrontación sino con acciones que agreguen valor y atraigan por su positivo ejemplo.

Una vida espiritual que refleje los valores del amor propio y por el prójimo, nos hace parte de Dios para así ayudar y guiar con el ejemplo a los demás.

La fidelidad a estos principios nos garantizará una vida sana y exitosa.

Nada de esto es obligatorio. Todos somos libres de vivir como queramos. Sin embargo, una vida equilibrada espiritualmente nos ayuda a ser más felices y mejores personas.

Señor, hoy te damos gracias por el privilegio de vivir y te pedimos que nos ayudes a sacar adelante todas las tareas que nos has concedido liderar, superando las circunstancias y desafíos que nos imponen, gracias a nuestra Fe y nuestro trabajo continuo hecho con profundo amor.

Que Dios nos bendiga a todos…

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